Las obras de la Escuela Infantil de Lezkairu han concluido ya y se prevé que el curso pueda comenzar con normalidad durante la segunda quincena de agosto. Sus tejados a dos aguas, su construcción en madera y su consumo energético casi nulo son las principales características de una escuela que en lo educativo articula sus espacios en torno a una plaza interior central y a la concepción pedagógica de sus patios y jardines exteriores. Las obras se han desarrollado durante 17 meses, con un presupuesto que ha alcanzado los 3.771.310 euros.
La Gerencia y la Comisión de Urbanismo, con presencia del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, han visitado esta mañana unas instalaciones que acogerán a 110 menores de 0 a 3 años, en los modelos de castellano con inglés y euskera con inglés. La Escuela Infantil de Lezkairu recibió 357 solicitudes para las 91 plazas que se ofertaban (las 19 plazas restantes estaban ya adjudicadas a menores matriculados en otros centros que han pedido traslado al nuevo centro). Este lunes se publicaron ya las listas provisiones de menores admitidos en todas las escuelas infantiles municipales.
Una vez concluidas las obras de construcción de la escuela infantil, queda la parte del equipamiento. Escuelas Infantiles ha adjudicado ya los lotes relativos, por una parte, al mobiliario y materia pedagógico y, por otra, al equipamiento informática y audiovisual. La cocina y un local anexo ya están equipados. Solo falta la parte de lavandería, vestuario y algunos almacenes, así como el menaje de comedor y cocina.
Espacios en torno a una plaza central
El acceso a la escuela desde la calle Valle de Egüés está diseñado como un espacio verde de acogida mediante una pérgola cubierta en continuidad con la plaza central del interior del edificio, a la que se entra a través de una cancela. La plaza central se concibe como un pulmón interior desde el que se accede a la mayoría de los espacios. La plaza alberga un taller central como un espacio acotado con carácter escultórico y un pequeño anfiteatro que establece un diálogo con la pieza de taller. Ese espacio central tiene su réplica en sendos espacios vestibulares a modo de plazas secundarias para organizar el acceso a los diferentes espacios docentes. La plaza central se prolonga hacia el exterior configurándose el porche como un espacio en continuidad de la plaza. En el espacio de cancela previo a la plaza central se ubican el guarda-silletas y un almacén interior para material pedagógico.
El edificio acogerá a los diferentes grupos de menores de 0 a 3 años. Los espacios para lactantes se sitúan en la parte norte de la plaza y los grupos de caminantes, menores y mayores se ubicarán en la parte sur. Los espacios están configurados como elementos abiertos y transparentes, con relación directa hacia los pasillos y espacios de encuentro y hacia a el patio-jardín exterior. Los comedores están colocados en proximidad con las circulaciones para facilitar los servicios.
El espacio exterior perimetral de la escuela infantil se ha diseñado como una sucesión de terrazas en diferentes niveles y materiales para acomodarse a las rasantes del terreno, procurando dar respuesta al concepto metafórico del jardín de los secretos. El espacio exterior, variado y dinámico, se adapta al mundo infantil con escalas más reducidas como espacios de amparo y aventura.
Edificio de consumo casi nulo
La Escuela Infantil de Lezkairu es un edificio de consumo casi nulo, construido a base de paneles de madera laminada, que incorporan un sistema estructural y de cierre sostenible y de altas capacidades bioclimáticas. Las placas solares de la cubierta se incorporan al proyecto como elementos coherentes con la imagen del edificio. La iluminación natural de los espacios centrales del edificio queda garantizada con la apertura de huecos de vidrio en cubierta.
El acceso de servicio para personal o aprovisionamientos se lleva a cabo desde la calle Valle de Egüés, en su confluencia con José Manuel Baena, mediante una rampa exterior. Los espacios de servicios se agrupan en un volumen diferenciado que nace desde su acceso a nivel de calle y que confluye con el patio central, yuxtaponiéndose la zona de administración y la cocina a la parte de la plaza más cercana a la entrada. De este modo, la cocina y la zona de administración tienen una relación de transparencia con la plaza, participando de la vida diaria del centro. El acceso para el mantenimiento de los jardines se sitúa en la misma calle Valle de Egüés donde se ha habilitado un pequeño almacén.